lunes, 9 de julio de 2012

Las feministas francesas con barba falsa


En Francia, un grupo de feministas ha encontrado una nueva manera de luchar contra la desigualdad: humor sarcástico y barbas postizas. Pocas veces obtienen una respuesta violenta.
Colette Coffin abre la cremallera de su bolso y saca un pequeño trozo de pelo artificial. "Este es mi barba para hablar", explica.
Hábilmente engancha las cuerdas alrededor de sus oídos. Con el pequeño triángulo alrededor de la barbilla, la maestra de escuela se asemeja a una aspirante de Lenin.
Ilana Eloit, una estudiante de ciencias políticas en jeans, me muestra su barba. Hace juego con su cabello largo y oscuro, pero se queja porque le da "mucha comezón".
El nombre La Barbe proviene del estilo de protesta del grupo. Sus miembros se infiltran en reuniones de alto nivel en las que predomina la presencia masculina. A su debido tiempo, se levantan, se ponen sus barbas falsas en silencio y luego una de ellas lee una declaración irónica, en la que felicita a los hombres por su supremacía.
El énfasis en el vello facial ridiculiza las anticuadas actitudes de los hombres. "En los días de la Tercera República, todos los grandes hombres usaban barbas largas. Aunque eso fue al final del siglo XIX, la forma en que muchos hombres se comportan y piensan en Francia no ha cambiado mucho".
En francés coloquial, La Barbe también quiere decir "ya basta". El grupo incluye a mujeres de todas las edades, desde adolescentes hasta abuelas de distinta procedencia, unidas por la determinación de luchar contra el sexismo arraigado.
La Barbe se creó hace cuatro años a raíz de las elecciones presidenciales en las que, por primera vez, uno de los principales partidos postuló a una mujer como candidata al puesto más alto de la política francesa.
En ese momento la candidata socialista Segolene Royal perdió ante Nicolas Sarkozy. Ahora su expareja Francois Hollande, el hombre con quien vivió durante 25 años, es el presidente del país.

El foco


En 2007, muchas mujeres se quejaron de que hubo machismo en la prensa y en la campaña electoral. Cuando Royal anunció su decisión de presentarse, algunas de las frases más despectivas fueron hechas por colegas de su propio partido. Laurent Fabius, uno de sus contrincantes, preguntó públicamente quién le cuidaría a los hijos si ganaba la presidencia.
Desde entonces, el objetivo de La Barbe han sido los partidos políticos, juntas de accionistas de grandes empresas y otras instituciones dominadas por hombres.
Recientemente, el grupo fue noticia mundial cuando se apareció en el Festival de Cine de Cannes. En la alfombra roja, que normalmente se reserva para las estrellas glamorosas con vestidos de diseñador, cinco mujeres barbudas llevaban pancartas en las que se leían mensajes como: ¡Maravilloso!, ¡Gracias!, ¡Espléndido!, ¡Increíble!".
Protestaban porque ninguna de las 22 películas seleccionadas para la competencia oficial era dirigida por una mujer.
"Nos enfocamos en los hombres porque para nosotras el problema son ellos, no las mujeres. Nuestra idea es crear un efecto espejo en un lugar dominado por hombres, para así destacar la invisibilidad de las mujeres", dice Coffin.

Final inesperado


Esta noche el grupo me ha invitado a presenciar una protesta en la sede de los masones franceses, el Gran Oriente de Francia, fundada en 1773.
Durante muchos años, el Gran Oriente no permitía a mujeres en sus logias, pero esto cambió en 2010. "No fue fácil en absoluto. La propuesta fue aprobada por el 51%. Muchos de ellos aún se oponen ferozmente a las mujeres".
Cuando la presentación tiene 15 minutos de haber comenzado, la primera mujer barbuda se pone de pie. Otras le siguen, pero el orador -el director de un instituto de asuntos religiosos- finge no darse cuenta. Los miembros de la audiencia comienzan a susurrar.
Finalmente, las mujeres suben al escenario. Colette se sitúa en el atril y lee en voz alta una breve declaración elogiando a los masones por su incansable trabajo en la exclusión de las mujeres durante tantos años.

El discurso


Guy Arcizet, el Gran Maestro de la Logia, luce incómodo pero trata de sonreír e insiste en que está a favor de la libertad de expresión.
Cuando las mujeres se preparan para una salida digna, un estudiante comienza a tomar fotografías. De repente, un hombre le arranca la cámara y otros empujan a las mujeres fuera de la sala. Algunos pertenecen a los servicios de seguridad del Gran Oriente, otros parecen ser miembros de la logia masónica.
Cuando le pregunto por qué están usando tanta fuerza, un hombre de seguridad vestido de civil trata de arrastrarme por el pasillo. Luego me quita el teléfono móvil.
Colette termina con un gran moretón violeta en su hombro. Otros miembros del grupo me muestran cortes y rasguños en las manos y brazos. A ellas también les confiscaron sus bolsos y teléfonos.
"En los últimos cuatro años hemos hecho cerca de 100 protestas. Esta es la primera vez que hemos tenido que presentar cargos por asalto", asegura Colette temblorosa.

Ley de acoso sexual


La Barbe se enorgullece de su sentido del humor, pero detrás de sus travesuras se esconde una ira real. Las guerras de género en Francia se han visto exacerbadas recientemente por el escándalo de Dominique Strauss-Kahn, que expuso una práctica tradicional en Francia de hacer caso omiso a las insinuaciones sexuales de hombres poderosos.
Luego, en los últimos días de la presidencia de Sarkozy, el Consejo Constitucional en Francia descartó la ley de acoso sexual provocando una gran indignación. Todos los casos que aún no hayan sido discutidos en la corte serán desechados, dejando a muchas víctimas sin protección legal.
La ley fue derogada después de una queja de que era "demasiado vaga", realizada por un alcalde exdiputado que había sido condenado a tres meses de prisión y a una multa de US$6.194 por acosar sexualmente a tres empleadas.
"El nuevo gobierno de Hollande tiene un número récord de mujeres, aunque controlen solo algunos de los ministerios más importantes", dice Colette buscando resaltar el lado positivo.
Najat Vallaud-Belkacem, la primera ministra de los derechos de la mujer desde 1980, ha prometido una ley revisada de acoso sexual que será presentada al nuevo Parlamento dentro de las próximas semanas.
Ella admite que Francia ha caído al fondo de todos los rankings internacionales sobre la igualdad de derechos y se ha comprometido a promover la igualdad de género.
Lucy Ash
BBC




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