sábado, 7 de mayo de 2011

Brasil busca evitar nuevas matanzas como la de Río


Se estima que 90% de las armas que hay en Brasil no están en manos de la policía o de las fuerzas armadas, sino de civiles. Y fue uno de esos ciudadanos armados el que el pasado 7 de abril terminó con la vida de 12 niños en una escuela de Río de Janeiro.
Veronica Smink




Para que esa tragedia no se repita el gobierno de Dilma Rousseff lanzó este viernes una campaña nacional para recolectar algunas de las más de 14 millones de armas que, se calcula, están en manos de particulares.

Brasil es uno de los países con mayores índices de muertes violentas en todo el mundo. En números absolutos, tiene la cifra más alta de fallecidos por armas de fuego: cada día cerca de un centenar de brasileños pierde la vida por este motivo, según los datos recopilados por diversas organizaciones no gubernamentales (ONG).

Por eso, no es la primera vez que la nación más poblada de América Latina busca poner fin a este flagelo.

El pistolero brasileño que mató a 12 niños
 en la que había sido su escuela
en Río de Janeiro

En 2003, el Congreso aprobó el Estatuto de Desarme, una ley que estableció fuertes mecanismos para el control de armas. La normativa prohibió que los civiles porten armas y además los obligó a registrar sus pertenencias con la Policía Federal, entre otras disposiciones.

El estatuto fue seguido por la primera campaña de recolección de armas del país, que entre 2004 y 2005, logró recuperar casi medio millón de piezas.

No obstante, a partir de 2005 el movimiento para limitar el acceso a las armas empezó a perder ímpetu: un referéndum que buscaba prohibir la venta de armas fue rechazado por el 66% de la población.

Y una segunda campaña de recolección, organizado entre 2008 y 2009, apenas logró juntar 70.000.

¿Sirven estas campañas?

Ahora, la tragedia que ocurrió en la escuela de Realengo, hace un mes, galvanizó nuevamente los esfuerzos por reducir el impacto negativo de las armas.

Según Melina Risso, de la ONG Instituto Sou da Paz, la matanza en Río obligó a adelantar un plan de recolección que estaba previsto para julio.

La activista dijo a BBC Mundo que estas iniciativas son muy efectivas en la lucha por prevenir las muertes por armas.
La campaña, que comenzó este viernes,
 continuará hasta diciembre de 2011

"Para reducir la circulación de armas se debe actuar en tres frentes: recolectar las armas en manos de los civiles, controlar la venta ilegal y evitar el desvío de armas de fuentes legítimas", señaló.

Como ejemplo de esto último, Risso citó el gran número de armas que provienen del gigante mercado de la seguridad privada.

"Wellington Menezes de Olivera (el responsable de la matanza de Río) compró una de sus armas a un agente de seguridad privado y la otra la consiguió en el mercado negro", indicó la experta.

Aprendizajes

Para garantizar que la nueva campaña de recolección tenga más éxito que la de 2008-2009, se aplicarán algunos cambios.

En la anterior colecta, quienes entregaban sus armas debían identificarse. Ahora, sólo se pedirán los detalles del arma.

Otra lección de la campaña anterior tiene que ver con el incentivo económico: si bien tanto antes como ahora quienes entregan un arma reciben una indemnización de entre unos US$60 a US$180, antes sólo el que tenía una cuenta bancaria podía cobrarlo.

En esta ocasión se entregarán vales que podrán ser canjeados por dinero efectivo en la ventanilla del banco.

Otra cuestión que generó escepticismo en el pasado es el destino final de las armas. Si bien la mayoría de lo recolectado fue destruido por el ejército, los organizadores admiten que algunas armas volvieron al mercado negro.

Por eso, ahora el plan es que las armas queden inutilizables desde el momento mismo de entrega: se les dará un martillazo para garantizar que no puedan funcionar con normalidad.

Puntos de entrega

Por ahora, los únicos lugares habilitados para la entrega de armas serán las comisarías de la Policía Federal, algo que genera preocupación entre los activistas que temen que eso disuada a muchos.

"La campaña seguirá hasta diciembre y la idea es que para entonces también las iglesias, los organismos civiles y otras instituciones estén habilitados", comentó Risso.

La experta no se atrevió a pronosticar el éxito que pueda tener esta iniciativa, aunque confió en que lo ocurrido en Río haya ayudado a concientizar a muchas personas.

No a un referéndum

Alguien que se mostró muy movilizado por ese incidente fue el líder del Senado, José Sarney, quien propuso que el Congreso apruebe un proyecto de ley para convocar a un nuevo referéndum para prohibir las armas.

Sorprendentemente las ONG como Sou da Paz se oponen a esa idea.

"En Brasil no necesitamos un nuevo referéndum. El Estatuto nos da todos los mecanismos que necesitamos para controlar las armas. Lo único que hay que hacer es implementarlo correctamente", aseguró Risso.

Las cifras parecen darle la razón: entre 2003 y 2008 los homicidios por armas de fuego bajaron un 12% en el país. En tanto, el Estado de Sao Paulo, uno de los que más fuertemente se adhirió a la nueva norma, logró bajar sus cifras de muertos un 60%.


1 comentario:

  1. la difícil situación de Brasil, no e sun problema aislado de la regíon de A. del Sur. Quienes tenemos la posibilidad de denunciar las injusticias y anunciar otro modo de vivir en sociedad, no podemos callar! Comenzando por orar y reflexionar ¿Qué nos está pasando? Es que el progreso es sólo violencia para acumular los bienes que pertenecen a todos??

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